El foco visual de Nicolás Varrone, de 24 años, está puesto en la pista. Ni el ruido del motor ni las maniobras de sus rivales desvían su mirada. Sus ojos sólo tienen dos objetivos: la pista y la bandera a cuadros.

Parpadea y la escena cambia. Ahora es un niño de ocho años, de Ingeniero Maschwitz, que está por dar sus primeras vueltas en el kartódromo de Zárate. No tiene idea de que una vez que pise el acelerador del karting y experimente por primera vez la sensación de velocidad, comenzará una carrera que no tendrá vuelta atrás.

Un parpadeo más y la imagen se traslada a 2020. La pandemia ha frenado su carrera y las dificultades económicas amenazaban con alejarlo de su gran pasión. No tiene equipo, está frustrado. Siente que el sueño “fierrero” quedó trunco. La amargura es una sensación de la que no se salva nadie, ni siquiera los más grandes talentos.

Pestañea y vuelve a la actualidad. Hoy disfruta, sonríe y mantiene intacto el sueño de llegar a la Fórmula 1. Siente que la llegada de General Motors/Cadillac, en 2026, a la “Máxima” es una oportunidad: él es piloto de Corvette, el equipo deportivo de General Motors, y consiguió grandes resultados como dos triunfos en las 24 Horas de Le Mans y en Daytona. Todavía le faltan pasos por completar para llegar a la Fórmula 1, pero la confianza sigue indemne. Es un campeón de la resistencia.

Y no se trata de una mera referencia al Campeonato Mundial de Resistencia (WEC, por sus siglas en inglés) que ganó en 2023, sino de su actitud: sostuvo una y otra vez sus aspiraciones. Nada lo truncó. Nada lo derribó. Este año espera cambiar los hypercars (máquinas elegantes y futuristas capaces de alcanzar velocidades extremas) por los monoplazas con los que soñó desde niño.

El próximo objetivo es claro: sueña con sumarse a la Fórmula 2 a mitad de año. Todavía no está confirmado, pero su inclusión está cerca. A principios de este mes, realizó una serie de pruebas con el equipo Campos Racing en el circuito de Motorland, y mañana tendría una nueva prueba en el circuito de Valencia.

- ¿Cómo fue la experiencia de correr en los test de pretemporada de Fórmula 2 en Abu Dhabi?

- Increíble. Tuve muchísima presión porque solo entrené un día de los tres de prueba, y me probé con chicos que venían corriendo todo el año. Muchos de ellos ya estaban confirmados para la parrilla de esta temporada. Sabía que, para tener una posibilidad, tenía que hacer algo que llamara la atención. Fue lindo y lo disfruté muchísimo, pero sobre todo me siento conforme porque hice un buen trabajo. Me enfoqué en aprender todo lo del auto y dar lo máximo en cada curva.

- ¿Qué diferencias existen entre los hypercars y los fórmulas?

- Hay varios cambios en cuanto al manejo. De por sí, los fórmulas no tienen dirección electrónica, lo que cambia completamente la manera de conducir. Sobre todo, el ingreso a las curvas. Son pequeños detalles que uno hace de manera inconsciente en el auto, y marcan la diferencia a la hora de dar una vuelta. También es un mundo diferente porque ya me había desacostumbrado a trabajar con un ingeniero que se encargue de manera exclusiva de mi auto. Fue una experiencia distinta.

- ¿Sentís ansiedad por estar tan cerca de la Fórmula 2?

- Para nada. Vengo corriendo en otros campeonatos y es en lo que estoy enfocado. También están las pruebas en el medio para probarme en los monoplazas y entender mejor el auto. Espero correr en Fórmula 2, pero hasta entonces seguiré dando lo mejor para crecer dentro del deporte.

- ¿Quiénes son tus referentes?

-  Mi ídolo es (Ayrton)_Senna. Es un genio total por todo lo que transmitió. No tuve la suerte de verlo correr, pero leí y ví videos, y me parece un fuera de serie. Hasta los 15 años seguí mucho a Sebastian Vettel. Me acuerdo cuando ganó en Monza en 2008, que fue su primera carrera, y eso me quedó marcado. También seguía mucho a Scott Dixon del IndyCar y a (Matías) Rossi en el TN. Tampoco puedo dejar afuera al “Bebu” Girolami, en sus épocas en el TC2000.

- ¿Por qué a los sudamericanos les cuesta tanto llegar a estas categorías?

- Por el presupuesto... El camino es muy complicado porque nos vamos a Europa o a Estados Unidos y estamos muy lejos. También es muy difícil encontrar sponsors que decidan apoyarte en el exterior. Eso hace que nuestras posibilidades sean muchas más chicas que las de los europeos o estadounidenses.

- ¿Cómo es la actualidad del automovilismo argentino?

- Hoy estamos en un gran momento porque hay muchos argentinos que están corriendo en diferentes categorías del exterior. Muchos están establecidos a un nivel muy fuerte, pero requiere de muchísimo esfuerzo y hay pocas oportunidades. A eso se suma que podés ser un crack y que las cosas no salgan como las planeás.

- ¿Cómo impactó el “fenómeno Colapinto” en los pilotos argentinos?

- Ayudó mucho porque atrajo a mucha gente a la Fórmula 1. La gente se empezó a informar y a darse cuenta de los logros que tenemos los argentinos. Eso generó el boom. Fue muy positivo porque hizo que se sumaran un montón de empresas. Sin dudas, fue algo que cambió el deporte.

- El público argentino se caracteriza por la euforia: ¿eso es una presión o un apoyo?

- El apoyo está bueno, y el público argentino se destaca mucho por la euforia que tiene. Eso despertó el interés de sponsors y empresas. Lo mismo pasó con Franco. Pero esa “presión” no influye en las decisiones de las marcas o equipos, porque dentro de las escuderías se analizan un montón de variables.

-  ¿Qué rol cumple la psicología deportiva para mantener la calma dentro del deporte?

- A los 12 años empecé a trabajar con Gustavo Ruiz, que sigue siendo mi psicólogo. Me ayudó muchísimo a crecer como deportista y me hizo cambiar mi mentalidad por completo. Es importante porque debemos gestionar las emociones. En el deporte, hay que estar finos en todas las áreas.

- ¿Experimentaste la frustración en algún momento?

- Durante la pandemia pensé que mi carrera se terminaba. Las chances no abundan en el automovilismo, y estaba a punto de darme por vencido porque no contaba con el presupuesto para competir. Pero mi familia fue mi sostén para seguir y justo apareció la posibilidad de correr para Rinaldi Racing en la última fecha de la Michelin Le Mans Cup en 2020; y a partir de eso pude salir a flote. Estoy muy orgulloso de todo lo que hice hasta ahora. De la nada empecé a manejar para grandes equipos y gané las 24 horas de Le Mans, las 24 horas de Daytona.

-  A los 11 años tuviste uno de los golpes más duros:_el fallecimiento de tu amigo Ramiro Tot en una carrera de karting. ¿Cómo hiciste para superar ese hecho?

- Fue difícil porque era chico y revolucionó todo el tema del karting. Estuve un tiempo sin correr por el miedo de mi familia, y me costó mucho atravesar esa situación. Fue muy trágico para todos. Hoy, en mi casco, llevo su firma para recordarlo. Siempre digo que está conmigo arriba del auto.

- ¿Hay algo que te siga costando superar?

- Lo que más me cuesta es estar lejos de mi familia y mis amigos. Soy una persona muy familiera y me gusta pasar tiempo con los míos. Muchas veces extrañé mi casa, sobre todo en fechas importantes como cumpleaños, fiestas y otras cosas que hacíamos entre amigos. Todo por la profesión, sin saber si iba a llegar a mi objetivo. Son esfuerzos que hacemos desde niños sin garantía de éxito, pero nunca centré toda mi carrera en eso. Siempre me importó hacer lo que esté a mi alcance y después dar ese salto.

-  Tu papá fue corredor; tu mamá, también: ¿alguna vez dudaron de que ibas a ser piloto?

- Creo que ellos notaron que iba a seguir esta carrera desde chico. Soy una persona que vive para esto y siempre respiré automovilismo. Miraba carreras de todas las categorías y pasaba todos los fines de semana prendido al televisor, y lo vivía con mucha pasión. Obviamente depende de muchos factores, pero sabían que lo iba a intentar. Mi papá, además, seguía corriendo y tenía un taller. por lo que me crié en ese ambiente. Nací y me crié con esto.

-   Sos fanático de los videojuegos, ¿tenés alguna gran anécdota dentro del automovilismo virtual?

-  Me gustan mucho los simuladores. Desde chico corro en todo lo que se pueda y participo de muchos torneos online. Lo más curioso que me pasó fue una vez que competí contra (Max) Verstappen en una carrera de Fórmula 3. Tuvimos una lucha áspera por el primer puesto, nos tocamos un poquito y yo lo mandé contra el muro en Spa-Francorchamps.

- ¿Qué sueños te quedan por cumplir?

- Me considero una persona que ya cumplió muchísimos más sueños de los que hubiese imaginado en el automovilismo. Me encantaría entrar a Fórmula 2 y llegar a la Fórmula 1. También quiero ganar Le Mans de nuevo, y hay otras carreras de resistencia que me faltan conquistar. Hay que ir paso a paso, pero los sueños siempre se van renovando en el deporte. Esa es la clave para seguir motivado.